Preguntas Frecuentes

Aquí responderemos algunas de las preguntas más frecuentes que pueda tener.

Compassion es una organización cristiana que se dedica al desarrollo infantil a través del patrocinio. Nuestra misión tiene dos objetivos: liberar a los niños de la pobreza económica, física, social y espiritual, ayudándoles a convertirse en adultos responsables.

Del mismo modo, deseamos que todos puedan oír nuestra voz para inspirar, motivar y educar a defender los derechos y las vidas de todos los niños que viven en contextos de pobreza extrema.

Compassion existe para defender a los niños y liberarlos de la pobreza física, económica, social y espiritual, así como para ayudarles a convertirse en adultos maduros y responsables.

Patrocinar a un niño cuesta 43 dólares al mes. Se trata de un compromiso importante, pero su valor es inestimable si se tiene en cuenta la gran diferencia que trae en la vida del niño. No se trata de un contrato formal, simplemente es un compromiso adquirido con un niño. Compassion se compromete a buscar un nuevo patrocinador que siga ayudando al niño en el caso que se decida interrumpir el patrocinio.
Compassion ofrece al patrocinador la posibilidad de permanecer con el niño hasta que este finalice sus estudios, entre los 18 y los 22 años. Se trata de un proyecto a largo plazo; no es un contrato formal, sino un compromiso moral y afectivo. Podrá interrumpir su ayuda económica, si así lo desea, en cualquier momento informándonos con un poco de anticipación.

Los niños inscritos al programa de patrocinio de Compassion reciben, entre otras muchas cosas:

  • Formación profesional y ayuda en los estudios
  • Asistencia médica y alimentos
  • Guía personal para el propio desarrollo personal
  • Atención y afecto por parte del personal local
  • Un ambiente cristiano seguro donde podrán crecer

La misión de Compassion nació gracias al corazón de un hombre profundamente impresionado por los huérfanos de la Guerra de Corea en 1952. Everett Swanson vió con sus propios ojos las dificultades de estos niños, y decidió que había que poner remedio a esta situación.

Cuando regresó a su patria, Everett organizó un programa que permitía ofrecer alimentos, refugio, educación, asistencia médica y formación cristiana a los huérfanos coreanos. Estos principios siguen siendo hoy en día los pilares fundamentales del programa de Compassion.

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